(Amtonio Ozaeta)
A inicios del 2016 un descubrimiento en el noreste del Estado de Chihuahua en el municipio de Ojinaga, puso a Chihuahua en el radar nacional por un especial hallazgo al encontrarse restos prehistóricos de dinosaurio, mamut, caballo y camello, que datan de aproximadamente 70 mil años.
Según un comunicado del Instituto de Antropología e Historia (INAH), el descubrimiento se dio a través de unos hombres que trabajaban la tierra para la instalación de un gaseoducto cuando cual fue su sorpresa, que notaron materiales muy extraños nada comunes por debajo de las cavidades subterráneas.
Al notificar a sus supervisores el hallazgo, se dio paso a avisar al INAH, para que acudieran a realizar las pruebas correspondientes, validando el increíble descubrimiento, pues los primeros restos encontrados daban como resultado haber pertenecido a un mamut que vivió hace miles de años en la zona.
En el reporte de INAH se informó también de la localización de restos fósiles marinos que aportan datos para la historia de esta región; La mayoría de los fósiles localizados son marinos y corresponden a animales invertebrados en formas de conchas, caracoles y ammonites. Sus antigüedades van de los 70 a los 95 millones de años.
El arqueólogo responsable de los trabajos, Enrique Chacón Soria, investigador del Centro INAH Chihuahua, dijo tener referencias de una extensión de 200 kilómetros permite definir con mayor precisión los límites marinos y de tierra durante la época en que aún no existían los continentes y los estados de Nuevo León, Coahuila y Chihuahua estaban sumergidos en las aguas de un océano.
Así mismo, poco después de ese descubrimiento, fue en el municipio de Aldama donde la misma empresa del gaseoducto detectó otros asentamiento atípico, lo que parecía ser un sitio arqueológico del tipo campamento donde no hay arquitectura, sólo vestigios de material prehistórico como puntas de proyectil, restos de herramientas de piedra y de cerámica lisa, conchas, fragmentos de cuchillos y tres posibles fogones.
Es de señalar que gran parte de esta riqueza biocultural e histórica del estado, se localiza en la zona desértica y semidesértica, conformada por los municipios de Ojinaga, Almada, Coyame y Manuel Benavides.
En el norte se cuenta con importantes áreas con señales del paso de personas que ahí habitaron en la antigüedad, como en el Desierto de Samalayuca en donde hay unos siete mil registros de petrograbados.
Según el INAH se estima que en el estado hay 212 zonas o localidades con restos paleontológicos y otros 40 puntos de tipo arqueológico, con una antigüedad algunos de aproximadamente 11 mil 500 años.
